...guía cultural para vivir la noche cordobesa... Gracias a David y a La factoria D por invitarme a ofreceros mi particular visión sobre la misma y por estar presente en sus rincones de ocio más interesantes.
Sister of night (en descenso a la ciudad prohibida)
“Destroy this City of Delusion/ Break these walls down [...]Justify my reasons/With your blood”
(City of Delusion, Black holes and revelations, Muse)
El séptimo ángel hace escala sobre mi espalda arrastrando
tras de sí toda voluntad de guardarte; se recuesta sobre mi
como un amante accidental, traicionado antes
de que sus pasos lo anticipen, sabe de mi entraña, lo intenta
consciente de que sólo este infierno de azahar podrá sobrevivirme.
Me advierte que soy una desertora cariátide de piedra autoinmolada,
Incapaz de sacrificarse a la quietud de su titánica tarea,
inmune gárgola inmunda, incólume mármol malherido, ajena compaña,
Rastro epilogal de dolor y compasión, tántalo de su víscera, destinada, sin más,
A que se ignoren las raíces del sufrimiento, regaderas de sangre en la ventana,
y la piedad que filtran a través de mi los que todavía palpitan, extática
por contrato, entre la bruma hipnótica de antro nocturno
Y la pared de cal blanca sobre la que recto a motor y te revuelcas afónico;
Mi inmortalidad, a este lado del río, me somete al mal
del puente tuerto, a la mirada sin entraña, al imposible desembarco.
Pero esta noche no, recuerdo, claudico ante tu frialdad de consumado suicida,
me abrasan las grietas de tu llanto, me recorren de lava hasta el alarido,
no puedo pasear impúdica tu corazón estallado sobre la bandeja, manchada de perfidia,
aunque extremo resistencias para que no te oigan mis cicatrices, saben demasiado
de saltos al vacío, de corduras con guadaña, de la última madrugada ante el espejo,
del desgarro de tejidos y el pánico eléctrico que hacen inminente el cortocircuito,
de las uñas que rascan el suelo buscando un cronómetro que paralice la cuenta atrás,
de la fachada y de mis tobillos enlutados con tus huellas tíber granate.
Me rindo sin más duelo a acunar tu silueta de títere oxidado y astillarme contigo,
Imposible seguir siendo mortaja de hielo que nunca se derrite,
sucumbo a la pulsión ancestral de esta ciudad prohibida, a su carne de tragedia,
reconozco que siempre le pertenecieron a ella mis fisuras de antiguo espectro,
Que he cobijado tu cuerpo de niño para adorarla en la penumbra más allá de lo que fui,
Que elegí volar hasta este naufragio de imperios porque aquí está mi punto de partida.
Engañada a conciencia por abril, procesada por mayo, condenada hoy, (des)velada
a mitad del callejón del Ataúd, destino Deanes, por la certidumbre de mi sombra,
hipotérmica por las caricias letales de esta metal luna invertida, simulacro
como este hijo difunto, de una vida común cuya prisa se quedó en el asfalto,
tres incisiones remotas que interrumpen distintos tramos de la misma arteria,
tampoco el jinete pudo abandonar este idilio urbano de nocturnos sin escapatoria,
sólo amaneció sin su permiso y las aceras rojas de lunares blancos
fueron mal disfraz para una herida infecta de sangre seca, de pasiones homicidas,
podredumbre de crepúsculo que aúlla versos y revive a los caídos de las cornisas.
Me quedo aquí, a cualquier precio, no quiero saber qué será
irse sin espacio en blanco para la vuelta, sin más noches de asfixia,
Abandonar este crepúsculo de ciudad milenaria,
(Desafiante paraíso, imán equidistante entre la vida y la muerte),
Elegir entre el ansia y la náusea de una herida incesante...
Aun cuando el epílogo del deseo convida a vestirse
y en raíles púrpura se consuman la huída del suicida,
la confianza del jinete, mi estatismo insalubre de manzana y tijera,
Córdoba se deshidrata de placer a 40 grados.
4 comentarios:
No necesitas este comentario... he tenido el privilegio absoluto de estar presente en todas las fases de ese pequeño milagro que poblará los rincones bohemios de esta ciudad insomne y mágica. Me concediste la responsabilidad de juzgar tu trabajo, aceptaste mis humildes percepciones al respecto (tú que eres maestra). Me hiciste partícipe de tu alumbramiento, compartí en la distancia el difícil parto de madrugada... E incluso, la cortesía de invitarme a la celebración.
También tengo el privilegio de ser el primer derrotado, el primero en rendirme de rodillas... Mañana, acuérdate, lo hará esta ciudad y con ella el mundo... cuando eso ocurra, estés donde estés, te lleve la vida al lugar que te lleve, nunca olvides, que fui el primero.
Cada vez que lea ese poema (cuyo original es mi tesoro) cerraré los ojos y pensaré en secreto, que entre sus versos hay algo mío, pequeño e inapreciable, encerrado para siempre.
Tu amigo. que vive en el espejo.
Qué maravilla.
Es una gozada, de verdad, leer esas líneas. Me encanta todo: lo que tiene de destrucción, lo que tiene de sentimentalismo, lo que tiene de urbano, lo que tiene de salmo escrito en la pared.
Y ante todo y sobre todo, la forma que tienes de conseguir que me identifique, de una u otra manera, con lo que escribes. Los dos últimos párrafos los llevo escritos en las paredes internas de este corazón de ciudad deshabitada. Duelen... y gusta tanto.
Besos, besos y mil besos.
Sois irrepetibles... No tenéis precio. Cuándo empezamos a andar juntos?¿adónde nos lleva esta necesidad de verso salpicando las paredes, estas alas malheridas que sin embargo necesitan volar libres?
Os quiero, familia... Y me faltáis, a pesar de no haberos ido nunca.
A.L.L.
poco a poco se va apaciguando mi relación de amor-odio con ciudad cordura. gracias, angy, por hacer que me reconcilie con las tapias y los rincones subterráneos, con la salamanquesa y el estupor cohibido de los findes rodeado de bella gente. buen verano, guapa
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