"Alejandra Alejandra.../ debajo estoy yo/...Alejandra"
El martes día 29 de abril, Alejandra Pizarnik habría cumplido 72 años... Sin embargo, un exceso de cicatrices, las mismas que la hicieron inmortal a través de su verso, la condujo hasta la caída final con sólo 36 (la misma cifra que marca su nacimiento). Murió en 1972, así que sus 72 años de ahora pertenecen a su memoria, a su esencia, a la belleza de su lírica doliente... Hablan de su pervivencia más allá del suicidio, ese privilegio que sólo tienen los antiguos a pesar de la trampa que pareció suponerle la vida.
Esta voz que habla quizá también se debatió entre la píldora homicida o el alféizar... Qué más da. La cuestión es que su piel hoy se eriza ante la relectura nunca redundante de los textos que Pizarnik nos dejó; por encima de las modas, la calidad de esta poeta salpica de sangre hasta hacernos tambalear, invita a la dolorosa introspección de las heridas internas.
La cuestión es que hoy la homenajea incluyéndola en su círculo epilogal, le dedica unas líneas con la mayor o menor destreza que otras conciencias le dejaron... Sigue buscando el punto en que empezaba el lacrimal de la joven Alejandra, porqué así, porqué tan rápido, porqué sin más, porqué a pesar de todo.
Tus palabras me atraviesan como un puñal rozando el costado... Siempre he sido una niña demasiado frágil y demasiado vieja. Quizá por eso este poema sea ahora tan necesario.
EL DESPERTAR
..........................................................................................a León Ostrov
Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado
y mi corazón está loco
porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del viento
a mis delirios
Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo
Ya no baila la luz en mi sonrisa
ni las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte
enseña a vivir a los muertos
Señor
El aire me castiga el ser
Detrás del aire hay monstruos
que beben de mi sangre
Es el desastre
Es la hora del vacío no vacío
Es el instante de poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada.
Señor
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada
Señor
He consumado mi vida en un instante
La última inocencia estalló
Ahora es nunca o jamás
o simplemente fue
¿Cómo no me suicido frente a un espejo
y desaparezco para reaparecer en el mar
donde un gran barco me esperaría
con las luces encendidas?
¿Cómo no me extraigo las venas
y hago con ellas una escala
para huir al otro lado de la noche?
El principio ha dado a luz el final
Todo continuará igual
Las sonrisas gastadas
El interés interesado
Las preguntas de piedra en piedra
Las gesticulaciones que remedan amor
Todo continuará igual
Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo
porque aún no les enseñaron
que ya es demasiado tarde
Señor
Arroja los féretros de mi sangre
Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón
Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña
es decir ayeres decir hace siglos
SeñorLa jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis esperanzas
Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
Qué haré con el miedo
1 comentario:
Cuando decir ayer era decir siglos... qué cercanas me son esas palabras. La sombra de los antiguos se paseaa por los ojos de esta mujer misteriosa y compleja... qué bella lírica la suya, qué triste despedida... qué regalo le hizo al mundo sin saberlo.
Feliz cumpleaños, Alejandra.
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