John Cleese dixit

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It´s... AngiePython´s The flying Verses...

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jueves, 11 de febrero de 2010

La hoguera de las vanidades: la demonización del crítico literario.

"Es hora de reconocer, valorar y dar también el lugar que se merece a este tipo de profesionales [...] y muchos continúan pensando que decir "es bueno o es malo" es hacer una crítica. Por el contrario, el crítico sólo dice lo que lo que halla en un texto y determina si pertenece a la literatura gracias a sus claros conocimientos de largos años de estudio. El gusto por un libro lo decide el propio lector. Lo que sucede es que hay que enseñar a leer...y en esto, el crítico, sí tiene mucho que decir"

("La crítica literaria", Mónica Maud)
Fuente: http://www.cervantesvirtual.com/


Extraigo el último párrafo de un artículo que invita a una justa defensa de un colectivo excesivamente minusvalorado y ninguneado... Ciertamente, esto de que todos los críticos literarios son descendientes de Satanás bien parece un acto de la más denigrante cobardía por parte de los escritores que se complacen antes, es lógico, en revestir de gratitud hacia sus lectores lo que en realidad es puro egoísmo y absoluta soberbia; si estos últimos fueran algo más exigentes seguramente este tipo de "creadores"a los que nos referimos (innumerable raza) mendigaría en la puerta de cada experto en la materia al grito de "por favor, acójame, vienen a por mí..."; el crítico no tiene que aguantar solamente que "todo el mundo" se crea con derecho a pontificar (que no opinar) sobre literatura con base o sin ella... Para más inri, debe soportar, con paciencia y resignación estoicas, que su criterio sea asumido como destructor, corrosivo, malintencionado, canalla por naturaleza, fruto del engreimiento y no de la preparación, a veces, incluso, pataleta de escritor fracasado.

Otra cosa es que, por desgracia, no todos los críticos se merezcan tan apelativo; aunque, eso sí, por suerte, no todos los escritores están tan carentes de toda humildad.

Es curioso que los mismos que maltratan así a una persona cuya devoción es el mensaje literario y punto- la que realmente se implica para defender este arte- luego se apunten al pancarteo de las mismas consignas que, a través de la cultura general, han filtrado los avances de esta ciencia humana que es la Teoría de la Literatura (sin que ellos sepan, por supuesto, quién narices es Jakobson, Le Man o Kristeva ni hayan leído en su vida a Horacio). Si los que se llaman escritores supieran que antes de ostentar tal título tendrían que ganarse el de lectores y autocríticos, entenderían el compromiso del buen filólogo o teórico literario y otro gallo nos cantaría... a los críticos y/o a los que no nos autodenominamos poetas, dramaturgos o narradores, sino, sencillamente, aprendices y adictos a esa necesidad sin más que es en sí la literatura.

2 comentarios:

Ciudadano B dijo...

Ahí le has dado: Puros aprendices, proyectos de todo, triunfadores de nada y con la necesidad de escuchar a los que, bienintencionadamente, traten de pulirnos, aconsejarnos, corregirnos, en definitiva, mejorarnos.

Creo en los críticos (sustantivo) críticos (adjetivo), desconfío de los aduladores y me horrorizan los aprendices sin facultad de discernir entre los primeros y los segundos.

AngiePython dijo...

Gracias Ciudadano B, gracias por estar siempre ahí, en todos los sentidos...

Genial tu comentario de cierre, amigo.