John Cleese dixit

John Cleese dixit
It´s... AngiePython´s The flying Verses...

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lunes, 30 de junio de 2008

"Lord Burton y su mundo de sombras" (Corpse bride, 2005)


La verdad es que tras el hallazgo de Pesadilla antes de Navidad (1993) - que no dirigió, pero produjo y bendijo con el sumum de su universo-daba miedo que Tim Burton se repitiera en el espacio de la más auténtica animación ( temor no demasiado fundado porque ha demostrado ya ampliamente que es un 'cráneo previlegiado'con un mundo ficcional alucinante e irrepetible) pero ratifico con entusiasmo que este hombre y su equipo hacen una labor impagable gracias a la cual podemos asistir a todo un derroche de sensibilidad, artesanía, belleza, humor y magia sobre cuya autoría es imposible dudar; a partir de una trama sencilla, Burton configura un espacio dual pero perfectamente ensamblado.


La mezcla que el espectador experimenta entre cercanía hacia los personajes y un cierto desasosiego me parece lo más sobresaliente del film.Como siempre, la expresividad de estas criaturitas puede llegar a ser infernal pero se encuentran extrañamente dulcificadas por un toque angelical en algunos casos (Sally o Emily) y "cómico- siniestro"en otros (el alcalde de Halloween o Lord Barkis); esta atmósfera de hieratismo, casi prerrafaelista vuelto a la modernidad, envuelve y atrapa, logrando que la muerte, encarnada en un mundo mucho más liberado y divertido que el de los vivos en voluntaria paradoja, sea capaz de provocar la sonrisa y emocionar hasta la lágrima (vaya llantera la del final).


La configuración exquisita de todos los personajes merecería un capítulo aparte pero al menos me detengo en los protagonistas, que no pueden estar mejor definidos... La novia, con la piel ya azul y alguna extremidad en puro hueso, preciosa, impactante, conmovedora y, no obstante, en ocasiones, desafiante; toda una protagonista de leyenda becqueriana (increible la sensación que producen los planos en los que la joven camina de espaldas).


Yo diría que la película es perfecta tanto en su composición (la música de Elfman también magnífica y ya parte del sello Burton) como en su ejecución, y aplaudo que todavía haya gente en U.S.A. con una idea tan 'artística' del cine en general y de la animación en particular ( como en otro género y ámbito, los geniales creadores de Wallace y Gromitt) ahora que todo parece poder resolverse en el primer caso con mucho presupuesto y en el segundo tirando de ordenador (la mayoría de las veces con resultados más que decepcionantes)... Y esto está muy bien cuando la máquina está al servicio del arte ( Buscando a Nemo de 2003, por ejemplo) y no cuando el arte se convierte en una indigna excusa para hacer tonterías informatizadas como churros (Chicken little y cosas así- bonito pretexto el de "es para niños... ¿Y jim Henson, por ejemplo, en las dos series del Cuentacuentos de 1980 y 1990 o en Dentro del laberinto de 1986? ¿hay algo mejor?).


Una recomendación: Elegir la opción de la versión doblada puede resultar más fácil pero en este caso concreto (como en realidad, en ninguno... Una vez te acostumbras es un regalo)no lo recomiendo en absoluto... Nadie como la ofélica Helena Bonham-Carter y Depp para poner la voz y el corazón a una pareja tan armónica por alguna extraña razón (ellos mismos parecen salidos del imaginario pictórico Burton).


Un inconveniente: Quizá yo he echado de menos un mayor metraje que permitiera más escenas en las que Víctor, en ese perderse por el cementerio ( como hacía Jack) con el cuello tronchado y el paso indeciso, nos hubiera permitido ver cómo el personaje va encajando la situación y asumiendo su nuevo papel... Nada que pueda considerar no obstante un defecto, más bien lo dejo en una apreciación personal.


Lo dicho, mágica, magnética, divertida, emocionante... 100% Burton.


Por cierto, curiosísimos los extras de la edición especial (porque este tipo de ediciones pueden ser una maravilla para el freak o un engañabobos).

martes, 24 de junio de 2008

"... Y Truffaut creó a Antoine Doinel" (Los cuatrocientos golpes, 1959)




Con este film, Truffaut pone en práctica de manera paradigmática una de sus citas más famosas (aquélla en la que afirmaba hacer las películas que le hubiera gustado disfrutar en su adolescencia o juventud)... La saga de Doinel, ese joven pícaro, indisciplinado, en ocasiones, frío, calculador, y sin embargo dotado de una sensibilidad única y escondida en un primer momento de su ciclo vital... todo un icono del cine europeo y por supuesto uno de los más carismáticos rostros de la Nouvelle Vague. A través de los diferentes "capítulos" de este personaje, híbrido entre las vivencias del propio director y las de Jean-Pierre Leaud -consolidando desde ahí una relación de mutuo enriquecimiento-, asistimos a un retablo de tramas y secuencias imprescindibles para todo amante del cine decidido a entrar en el microuniverso que fue el cinemá vérité... Sin duda, esta serie constituye el acercamiento más humano posible al complejo individuo que también fue el director; tómese esto como mera anécdota y curiosidad, dada la obviedad de que lo que hace buena o grande una obra de arte es el continente que envuelve un contenido creíble, que no veraz. Es un verdadero regalo para el espectador la continuación que tuvo este film, dada la difícil situación de partida que encuentra el personaje y que puede dejar un sabor agridulce... Aún así, entendida individualmente, hablamos de una gran película en la que uno engacha emocionalmente con el protagonista (eso tan pretendido por todo director que escribe historias de 'personajes') y con ese incomprendido mundo interior que sólo los que vemos el film conocemos ( porque el resto actúa con una falsa preocupación que habla mucho y muy bien de lo fácil que nos resulta hacernos los sordos ante un niño rebelde 'con causa'... Sin embargo, el carácter enérgico y optimista Antoine permite que Truffaut no haga de esto un drama sensiblero, sino, a su estilo, pura contención que provoca una emoción en el espectador más íntima, más intensa, nada facilona o superficial.


A destacar la increible interpretación de Jean Pierre Leaud, que conquista a la cámara en los momentos de pillaje y en los contados pero tremendos instantes en que el personaje como niño que es se viene abajo ( inolvidable la escena del llanto contenido en el furgón trás las rejas).


A pesar de la calidad, indiscutible, desde mi punto de vista, de este film como unidad, Los cuatrocientos golpes supone un perfecto prólogo de las grandes inquietudes y soledades de Doinel que con las siguientes películas irán desarrollándose, dando lugar a un críptico armónicamente cohesionado y coherente.


Con el visionado del film lo único que apetece es zamparse las demás incursiones en las que veremos al magnético e irresistible Doinel crecer ( su relación con las mujeres será uno de los grandes atractivos) como hombre y como artista ( en una línea narrativa paralela y, claro, perfectamente entrelazada a su andadura vital, se despliega toda una reflexión metaliteraria en la que Truffaut pone sobre la mesa sus preocupaciones sobre el oficio del escritor).


Por cierto, maravillosa y nunca suficientemente rememorada la escena del guiñol en la cual el director, en su afán por captar la realidad, sorprende a unos niños que disfrutan tremendamente del espectáculo infantil ajenos al hecho de estar siendo grabados.

sábado, 21 de junio de 2008

La felicidad y su concreción (con Audio 1, Struggle for pleasure)




Nos comimos los corazones, tanto, que vacíamos el stock de cada kiosco, de cada confitería... Yo lo volvería a hacer, aunque reconozco que todavía sueño despierta imaginando qué habría sido de la obra en la que quizá más nos hubiéramos implicado nunca.

Uno de nuestros genios (que no se enfade el primero coronado con tamaña distinción) llegó a Ítaca (versión califal) para concluir su personal odisea (curiosamente en 2001)... Y lo hizo buscando la concreción de una felicidad que traía alojada en el corazón, incrustada en la retina, aún fresca, palpitante y con su materialización en celulosa bajo el brazo.

Y con los primeros acordes de Struggle for Pleasure, empezamos a ensayar la obra non nata más añorada de la historia de Atrezzo; la quisimos, la deseamos, quizá la pervertimos mientras ella nos pervertía, la pusimos en segundo lugar ante la trepidante emisión de "Betty la fea" (si, sucedió), la discutimos, la soñamos juntos... La esperamos pero ni ella ni Godot se dignaron a aparecer y la maldición se cernió sobre nosotros: nunca habría un fruto sobre el escenario de todo aquello, nunca una celebración que la recordara, nunca un reparto en el que volviéramos a coincidir... Jamás un parto fue tan yermo.

Pero nos quedaba lo más importante: un vínculo que ya parece indestructible y la memoria de lo que podría haber sido. Aquella felicidad ya había surtido su efecto por eso no tuvo lugar, acabó por formar parte del pasado, por borrarse de la retina y del corazón de aquél, por convertirse en un mito para los que habíamos tenido el inmenso honor de ser elegidos en aquel casting.

Los corazones de caramelo rojo, a la vista (y para mi), siguen teniendo ese componente "humano" que hacía a mi personaje sádico, perverso, cuando los mordía... Y a mi, me siguen sabiendo a lo que debió ser la tantas veces perseguida felicidad concreta.

Qué importaba que nuestra ilusión no pudiera guardarla... No cambiaría este recuerdo por nada del mundo. Gracias a los que hicistéis posible aquella época.

jueves, 19 de junio de 2008

Vallejo y sus "problemas" de intensidad y altura



Si a Vallejo le salía espuma... Utilizo esta cita en el poemario que escribo en estos momentos porque no se podía decir mejor con menos.

La palpitante, vampírica necesidad de escribir nos enfrenta con nosotros mismos ( tal y como parecen hacerlo "los Vallejos" de las fotografías), por eso el verso desde la entraña, va más allá del mundo que lo envuelve y sus codicias, y por eso no es apto para todos los públicos, es decir, implica el desnudo integral de la musa juanramoniana, el descenso a los infiernos como quien baja a comprar el periódico (decía Sabina que conocía el Averno por haber pasado más de una noche allí), la irracional empatía con el suicida...

El que diga que vuela pero que ojalá no lo hiciera pierde el tiempo (ya lo decía el gran Oliverio Fernández)... El que vuela es cometa de pellejo y arteria, y lo es con una profunda satisfacción, con la conciencia de haber hallado en esa magia (así lo define J.D.) el sentido de la vida (a pesar de que ya lo hicieran los Python en 1982, indudablemente).

Por eso, que salga toda la espuma necesaria, sobre todo porque ante eso la rendición para el que vuela no existe... Bajo la espuma nos espera la salvación, la única que conozco. Cada verso, es un motivo para seguir volando.


INTENSIDAD Y ALTURA

Quiero escribir, pero me sale espuma,
Quiero decir muchísimo y me atollo;
No hay cifra hablada que no sea suma,
No hay pirámide escrita, sin cogollo.
Quiero escribir, pero me siento puma;
Quiero laurearme, pero me encebollo.
No hay toz hablada, que no llegue a bruma,
No hay dios ni hijo de dios, sin desarrollo.
Vámonos, pues, por eso, a comer yerba,
Carne de llanto, fruta de gemido,
Nuestra alma melancólica en conserva.
Vámonos! Vámonos! Estoy herido;
Vámonos a beber lo ya bebido,
Vámonos, cuervo, a fecundar tu cuerva.

martes, 17 de junio de 2008

Clean




"I am guilt, like shackles on my feet, like a halo in reverse"... En lo que Violeta se decide a ser feliz, desde que Italia gana el Mundial del Naranjito hasta que hoy se juega "los cuartos" en la Eurocopa que apenas acaba de empezar, sus rasgos palidecen y se afilan, incapaces de incorporar a ras de pellejo, la fosa que arde invadida por la memoria. Mal día éste para aflojar vendas y desinfectar heridas, más allá de la epidermis al algodón con yodo le espera un océano de rozaduras inabarcable, exagerado, insensible por culpa del abandono y una quizá milenaria cobardía... Sin embargo, la suerte está echada: habrá que urgar hasta el fondo sofocando cántico y clamor, alivio y alarido. La aprendiz Violeta debe amanecer y emerger de la fosa de los alcatraces buscando los epílogos de si misma para que no sólo la palabra le sobreviva.


Clean
The cleanest I´ve been

An end to the tears

And the in-between years

And the troubles I´ve seen

Now that I´m clean

You know what I mean

I´ve broken my fall

Put an end to it all

I´ve changed my routine

Now I´m clean

I don´t understand

What destiny´s planned

I´m starting to grasp

What is in my own hands

I don´t claim to know

Where my holiness goes

I just know that I like

What is starting to show


Sometimes


As years go by

All the feelings inside

Twist and they turn

As they ride with the tide

I don´t advise

And I don´t criticise

I just know what I like

With my own eyes


Sometimes


("Clean", Violator, D.M.)